La desmilitarización en progreso eventualmente tendrá que llegar a la etapa de la decapitación del régimen de Kiev. Y el corolario será inevitable: rendición incondicional. Simplemente no hay otro escenario posible para Moscú. El analista geopolítico Pepe Escobar habla de sus primeras sensaciones tras dos meses en Rusia, y dos viajes a Donbass
Pepe Escobar, l'Antidiplomatico.it
Después de dos meses en Rusia, incluidos dos viajes al Donbass, me permiten ofrecer una apreciación realista de la guerra de poder entre la OTAN y el país eslavo, basada en numerosas conversaciones a profundidad con actores importantes, incluidos comandantes en el terreno.
Rusia está despoblando de facto a Ucrania de neo y criptonazis de todo tipo. Ese fue uno de los objetivos de la Operación Militar Especial (OME) desde el principio, junto a la desmilitarización.
El objetivo final, sin embargo, sigue siendo el mismo: lo que quede de Ucrania debe ser un Estado neutral, que no pertenezca a la OTAN.
No se trata de tomar el control del territorio. Rusia ya tiene mucho más territorio del que es capaz de desarrollar, un tema que he discutido en detalle con personas de diferentes óblasts —muero por ir a Kamchatka, Altái, Buriatia, Yamal…—.
El Kremlin y el Consejo de Seguridad ruso tienen una clara estrategia. El terrorismo —contra civiles e infraestructuras— NO los desviará de su objetivo.